Al sur la de Isla del Olvido, bañada por las cálidas aguas del Mar de Libia. A los pies de las Montañas Blancas. Camuflada entre barrancos y ensenadas, se halla La Sfakia. Un lugar de encuentro para quien vaga...







sábado, 31 de marzo de 2012

El camí dels bons homes


Nos conocimos una mañana de octubre. Se acercó a mí, en mitad del pasillo abarrotado junto al aula, y me preguntó algo para romper el hielo. Yo, sin comprender aún que la cara de perro no era la mejor estrategia para hacer amigos, le contesté en un tono brusco e injustificado. Aunque sorprendido, no entró al trapo, simplemente, dejó pasar el desaire, tal vez guiado por ese instinto suyo, y se apartó ligeramente, mientras las puertas de la clase se abrían y nuestras hormonas adolescentes iniciaban su primer día de instituto.
De aquello hace ya dieciocho primaveras, cuatro más de las que entonces contábamos, por lo que llevamos más de media vida siendo amigos. Una amistad que ha resistido la prueba del tiempo, de las etapas extrañas de la juventud, de la confusión y la búsqueda de identidad que a veces nos ha distanciado, y otras, las más, nos ha permitido encontrar refugio en la complicidad. Y es que, a riesgo de parecer forzadamente sentimental, no encuentro razones para dejarlo de considerar mi hermano, sino de sangre, sí de espíritu. 
Poco más puedo decir, tan solo recordarle, en momentos como éstos, en los que las garras de la incertidumbre parecen cerrar su oscura sombra sobre nuestras cabezas, que no olvide cuál es camí dels bons homes, aquél que siempre va de frente, y se crece en la adversidad. Aquél que no elude la lucha, ni desoye la llamada de la esperanza, aquél que siempre, a pesar de los pesares, atiende las voces que claman desde las sombras por la luz. Aquél que no aspira al conformismo, sino a la sabiduría. 
Ése es nuestro camino amigo, ésa es la senda, que en mitad de la tormenta, señala el camino del valle, a la montaña. Som-hi?



El verano del Amor

                                                                            http://oriolgirones.tumblr.com/

Mucha gente parece haber olvidado que una vez en esta península nuestra, o al menos en las tierras del norte bañadas por el Mediterráneo, la canción francesa acompañaba los más cálidos achuchones del Verano del Amor. Eran tiempos, lejanos ya, en los que la utopía de las inteligenzia y los anhelos de la clase trabajadora parecían ir de la mano, hacia un lugar mejor. Para quienes vivimos los coletazos últimos de aquel destello, al menos, nos queda el recuerdo, cándido, de una niñez junto al mar, en calas secretas al sur de la Costa Roja, tan cerca de la frontera impostora, empeñada en escondernos, y prometernos, las bondades de una vida más luminosa y, casi avergüenza confesarlo, poética.

viernes, 30 de marzo de 2012

Dando la cara




Lo mejor de las movilizaciones de ayer fue que la gente hizo suya la calle. Lo de ayer fue mucho más allá de las siglas, mucho más allá de las afinidades, mucho más allá de las pancartas y los lemas. Fue un destello de energía ciudadana, que nadie debería capitalizar. Algo que las distintas organizaciones sociales, incluidos los sindicatos, no pueden pasar por alto.
El protagonismo fue de las cientos de miles de personas que salieron a secundar la huelga, a manifestarse, a reinvindicar y, sobre todo, a dar la cara por un sentimiento, por un anhelo común, el de la justicia social, el de los derechos compartidos, el de una comunidad de mujeres y hombres que quisieron dejar claro, cada a quien a su manera, que no están dispuestos a renunciar, no solo a sus derechos (y al de los demás), sino a la existencia de una sociedad basada en la equidad y un reparto justo de las oportunidades. Un modelo de sociedad que tenga en su centro a las personas.
Lo de ayer fue un grito de esperanza, y también de desesperación. Un aviso de navegantes a quienes llevan el timón de un barco, que parecen empeñados en naufragar.



Por eso necesitamos nuevos referentes, voces que reclamen la calidad cívica que esta sociedad atesora. Tantas veces oculta bajo un manto de mediocridad que, a pesar de todo, no consigue apagar el brillo que late en el interior de las mentes y los corazones.
Hay sed de Verdad, sed de honestidad, sed de honradez, sed de comunión, sed de conciencia, sed de imaginación, sed de generosidad, sed de valentia, sed de cultura. Sed de aquello que puede hacernos más libres, por hacernos mejores. Todo eso existe, está ahí. Y nos reclama, en sutiles señales, inteligencia y decidida apuesta por el bien común.
La calidad se contagia, no solo lo hace el miedo. Sin embargo, al contrario que éste, necesita espacio y luz para fluir. Por eso, sin restarle méritos a quienes, actuando como catalizadores necesarios (e imprescindibles), han permitido la movilización de la gente, deberíamos pedirles que sigan apoyándonos, dándonos cobertura, e incluso actuando con la pedagogía de quien está bregado en los pulsos con el discurso dominante, pero que no traten de apoderarse del impulso. Que no se vayan, que sigan a nuestro lado, pero que dejen ver los rostros de los verdaderos protagonistas de esta Historia. Todas aquellas personas que salimos a la calle, a defender la esperanza compartida de vivir en un mundo mejor.




jueves, 15 de marzo de 2012

Cosillas que pasan


Éste es uno de los muchos emails que uno recibe, con ese tipo de información que no forma parte del discurso dominate sobre qué son prioridades, qué es despilfarro y, sobre todo, qué son criterios de gestión pública con miras a un futuro mejor:

EL CENTRO DE INVESTIGACION PRINCIPE FELIPE (VALENCIA) HA DESPEDIDO A 108
TRABAJADORES DE LOS 258 EMPLEADOS CON LOS QUE CONTABA.
79 SON CIENTIFICOS. QUIENES QUE SE QUEDAN TIENEN UNA REDUCCION DE SALARIO. LO CUAL AFECTA A 14 LINEAS DE INVESTIGACION, ALGUNAS ERAN SOBRE EL CANCER, PARKINSON O ALZHEIMER.


A SU VEZ, HAN GASTADO 3 MILLONES DE EUROS ORGANIZANDO :
UN CAMPEONATO DE GOLF DE UN FIN DE SEMANA EN CASTELLON.
15 MILLONES DE EUROS EN UNAS TORRES DE CALATRAVA QUE AL FINAL NO SE VAN A CONSTRUIR.
HAN COMPRADO "POR UN PRECIO SIMBOLICO" LA EMPRESA VALMOR SPORTS , ENCARGADA DE LA ORGANIZACION DE LA FORMULA 1, HACIÉNDOSE CARGO DE 30 MILLONES DE EUROS DE DEUDA.
PODRIA SEGUIR ...

SOY YO EL UNICO INDIGNADO ¿O HAY MAS?







lunes, 12 de marzo de 2012

Els Miserables


En medio de la vorágine desatada de reacciones inmediatas, y mediáticas, respecto a la convocatoria de huelga general, se está situando el foco en una suerte de plebiscito para los sindicatos. Sin embargo este debate, interesado, olvida lo más importante.Si bien es verdad que los sindicatos han perdido respresentatividad respecto a una generación atrás, la causa de lo cual radica, principalmente, en la evolución de los perfiles que conforman el mercado laboral, y la sociedad en su conjunto, y no tanto en una supuesta dejadez de la que tanto se les acusa, en una posición cada vez más precaria.
No es cuestión de destruir cualquiera de las pocos referentes sociales aún nos quedan. Eso es algo que no nos deberíamos permitir. Sí deberíamos, en cambio, construir nuevos referentes, que nos permitan dar respuesta a las mil dudas que nos atenazan, y vuelvan a articular discursos valientes en esta era de oscuridad.
Vivimos en un momento histórico, en el que se nos hace creer que estamos más conectados que nunca, con mayores posibilidades de entenderlo todo. Pero no es verdad, vivimos sumidos en una telaraña de estímulos que nos sobrecargan, nos asustan, nos alienan, nos distraen, nos enfadan, y nos utilizan.
Comprender es algo más que recibir información, si es que a lo que recibimos se le puede llamar así. Comprender es ejercer la capacidad de relacionar lo que pasa, de interpretar por qué las cosas son y, sobre todo, por qué se nos insiste en que son de determinada manera.
Vivimos sumidos en una inmediata reacción irreflexiva. Y en ese juego nos volvemos presa fácil, para quienes controlan los grandes focos de luz mediática. Que, en medio de esta oscuridad, apuntan su foco de falsa luz hacia la estúpida zanahoria, mientras ocultan las manos que tejen la realidad.

Quizás haya llegado la hora de reclamar la lucidez que nos pertenece. Como pueblo, como sociedad, como habitantes de un tiempo y un espacio que reclaman nuestra presencia. Y nos ruegan, y nos urgen, tras esa cortina velada de miedo y ceguera con la que se nos pretende envolver, que nos reencontremos.
Pues solo así, reclamando juntos, cara a cara, codo a codo, el futuro que pretender robarnos, nos haremos acreedores de la esperanza.
Ha llegado la hora de manifestar nuestra presencia. De poner rostro y voz a las infinitas necesidades que nos acucian, y reclamar el papel que en este teatro, habitado por demasiadas sombras, nos pertenece. Por eso es importante salir a la palestra. Emerger del anonimato y compartir con nuestros semejantes nuestra fuerza y nuestra solidaridad. Solo así recuperaremos la alegría, y no podrán arrebatárnosla.


martes, 7 de febrero de 2012

Aprovecha el momento (nada es para siempre)


                                               Xavi R. Rizzo
                                                              http://www.thebacos.com/

Nos conocimos, hace ya muchos años, en el bar de la Facultad de Letras. El vivía, y sigue viviendo, muy cerca de allí. Juntos nos fuimos a Madrid, en busca de aventura, y acabamos viviendo en la casa de un Amable Hermitaño. Juntos, pasamos noches de buena música, a bordo del Último Tren. Y nos hicimos mayores, sin saber cómo hallar nuestro camino.
Desde siempre, Xavi ha estado en bandas. A las que presta su voz, ligeramente quebrada, con ese aire italiano, que no desmerece los orígenes que su apellido, Rizzo, sugiere. Algún pueblo siciliano, del que un día partió su bisabuelo. Dicen que podría ser, incluso, el mismísimo Corleone.
Ahora, Xavi ha vuelto a reunirse con sus viejos colegas, The Bacos. Alguna cara nueva, y los compinches de siempre, Mario y César, César y Mario, tanto monta, monta tanto. Atrás quedó la grabación de su primer disco, en la que invirtieron todas sus reservas de ilusión, y buena parte de sus ahorros. Y se fueron, en busca de El Dorado, hasta un recóndito lugar de Valencia, donde un pope del pop español les estaba esperando.
No esperéis que os promocione, les dijo, yo sólo os produzco, el resto es cosa vuestra. La cosa, no fue tan bien como esperaban, y debilitados por la experiencia, acabaron por dejarlo.
Pero el tiempo no pasa en valde. Y hoy, tras años de esfuerzos y desencuentros, The Bacos han vuelto. El resultado es un nuevo disco. Hace poco lo presentaron, en uno de esos locales que jalonan la noche del extraradio. El Circus, con un aforo para más de ciento cincuenta personas, se quedó pequeño para acoger el reestreno de la banda que, como el vino añejo, trae consigo el sabor agridulce de la veteranía. Desde el cual cantarle al mundo, Vuelvo a sentirme bien.

Brindo por ello.

El Yuse


Eran uno de aquellos personajes del barrio, de los que deben quedar pocos, hijos de una época. Solían llamarse Josep, pero todo el mundo los conocía como "el Yuse". Eran tipos dos tres años mayores, de domicilio desconocido. Que pululaban por la calle, con fama de bala perdida. No se les conocía habilidades especiales, ni atesoraban un especial carisma. Poseían un lado oscuro, que les hacía andar con aire desconfiado. Eran carne de colegio público, eternos repetidores, empeñados en mostrarse orgullosos de su fracaso. Como si el tiempo no fuera a pasar, como si la vida no fuera a apartarles en olvido. Como si pudieran seguir siendo siempre ese personaje, difuso pero inconfundible, el Yuse.
Qué lejos quedaron ya los tiempos en los que el Yuse recorría altivo su reino. Solíamos verlo, a la vuelta del colegio, entrando en algún bar, o sentado en el respaldo de algún banco.  Y es que eran otros tiempos. Tiempos de monotonía, a la espera de que la vida comenzara a mostrar, de una vez, de qué iba todo esto.
A veces me pregunto si los echo de menos. Y estoy seguro de que no. Sin embargo, cuando, muy de tanto en tanto, me dejo caer por el barrio, no puedo evitar buscar su silueta, entre las que habitan la plaza, a la espera de encontrármelo. Y decirle, sin que él se dé cuenta de mi presencia, ni me reconozca, joder Yuse, cuánto has cambiado.

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