En la página web de la África, Fundación Sur, dentro de su sección de noticias del pasado día 16 de octubre, podemos hacernos eco de un acontecimiento; "Desde Cotonou, capital económica de Benin, un grupo de Jefes de Estado y líderes políticos africanos, bajo la bandera de la Fundación Chirac, ha lanzado el día 12 de octubre un llamamiento internacional de movilización contra los medicamentos ilícitos". En la misma noticia se nos informa de que "según la OMS, más de doscientas mil personas mueren cada año, principalmente en África y en el tercer mundo por automedicación y recursos a falsos medicamentos".
Frente a este problema, parece que alguien va a hacer algo, "La Fundación Chirac, presidida por el antiguo Presidente francés, ha decidido poner todo su esfuerzo al servicio de la lucha contra los medicamentos-imitación ayudando a los países africanos a dotarse de laboratorios de control de calidad(...) El llamamiento lanzado desde la mítica sala roja del Palacio de Congresos de Cotonou suena como el inicio de una toma de conciencia a escala internacional contra los que se ha convenido en llamar las industrias de la muerte " Además, "el tráfico de falsos medicamentos representa el 10% del mercado farmacéutico mundial, unos 45.000 millones de euros".
Ante tal situación, es lógico, legítimo y debemos estar de acuerdo con que alquien actúe. Sin embargo, de nuevo, antes de dar por fijada nuestra opinión sobre el asunto, quizás sea bueno analizar cómo se plantea. Desde qué punto de vista se analiza. Qué se destaca. Y, sobre todo, dónde situamos el origen del mismo.
Siguiendo las afirmaciones recogidas en la noticia anterior, podemos leer, "La más hiriente de todas las desigualdades es la que afecta a la salud, declaró Jacques Chirac en Cotonou ante los presidentes africanos de Benin, Togo, Senegal, Burkina-Faso, Congo-Brazzaville, Níger y Centroáfrica".
Y añade, "En nombre de la fundación que lleva su nombre hizo un llamamiento para que se establezcan instrumentos eficaces de lucha contra el tráfico de falsos medicamentos, con personal formado y dispositivos represivos adaptados."
Siguiendo esta línea, se nos dice, "El representante de las ONU (Dr. Ponnek Delaloy) fustigó la invasión en hospitales y farmacias de falsos medicamentos y exigió un combate sin tregua contra los que venden la muerte a las personas enfermas".
Hasta este punto, la cosa parece estar clara. Existe en aquellos países una red ilegal, un mercado negro de falsos productos farmacéuticos. Que agraban, todavía más, la ya de por sí, precaria situación de las personas enfermas. Lógicamente este mercado hay que perseguirlo. Habría que acabar con él, porque está envenenando a la gente. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, ¿eso es todo? Simplemente dedicando "personal formado y dispositivos represivos adaptados" , como afirma Chirac podemos acabar con el problema. Y sobre todo, desde ese punto de vista ¿estamos abordando el problema en su totalidad?
Sigamos, "Según el profesor Gentilini, del 30 al 70% de los antipalúdicos que circulan en África son falsos total o parcialmente (…)Los falsos medicamentos se venden en farmacias en la calle y en los mercados. En Kinshasa, por ejemplo, habría unas 4.000 tiendas que llevan el nombre de farmacia, cuando sólo son 70 las autorizadas. El circuito de distribución oficial no es respetado. El importador-exportado no es controlado. África parece ser el continente más afectado por este tráfico.".
Estos datos ahondan en la visión de la precariedad y la peligrosidad del mercado ilegal de medicamentos. Pero quizás, la última de las afirmaciones del Dr. Gentilini, nos dé algunas claves importantes, que nos ayuden a enterder qué pasa y por qué. Según Gentilini, el mercado negro “seguirá teniendo auge mientras no sepamos proponer medicamentos a bajo precio en los países pobres”.
Esta variable, casi residual en las diferentes opiniones, recogidas hasta ahora en la noticia es, sin embargo, muy importante. ¿Por qué? En ella, se nos relaciona, pobreza y medicamentos a bajo coste. Se nos da a entender, que quizás, los medicamentos que se distribuyen a escala mundial, no lo son. Es decir, son muy o demasiados caros, para según qué estados o economías. Esto, nos abre perspectivas nuevas. ¿Hasta qué punto podría ser coresponsable, el mercado mundial de medicamentos, en la presencia del mercado negro de los países pobres? ¿Quién controla dicho mercado mundial?
El pasado 28 de octubre. En el programa de RNE Asuntos Propios, el periodista Vicente Romero, en relación a este asunto, comentaba cómo ésta es una de aquellas noticias que nos llega desde países normalmente olvidados. Países que sólo suelen aparecer en los medios occidentales, cuando hay un gran guerra, o una gran hambruna, o una crisis sanitaria de grandes proporciones. Países, con gravísimos problemas asociados a oscuros mercados ilegales, de todo tipo de tráfico. Pero, a qué responde la aparición de todos estos mercados negros.´
Ésta es una pregunta no respondida, es el límite de comprensión en el que nos deja la noticia de África, Fundación Sur. A partir de ahí, debemos buscar nuevas fuentes. Y ése es el papel que juega Vicente Romero. Cuando nos plantea, qué rol juegan las grandes corporaciones farmacéuticas, sus grandes laboratorios y distribuidores. Aquellos que se niegan, sistemáticamente, a ceder patentes. Es decir, a no cobrarlas a países con menores recursos que los occidentales. De tal forma, que puedan fabricarse medicamentos genéricos. Liberados de la marca, del incremento especulativo en su precio, pero con idénticos principios activos.
¿Qué influencia tendrían medidas como ésta, en a la lucha contra los mercados negros?
¿Por qué no se plantea esta medida la Fundación Jacques Chirac ? Si bien es necesario combatir el tráfico de medicamentos falsos.¿No lo es, todavía más, combatir las relaciones económicas injustas que imperan en el mundo?
Como denuncia Vicente Romero, Chirac no se plantea cuestionar el orden establecido. Sólo actúa dentro de él. ¿Hasta qué punto son positivas, por tanto, sus propuestas? ¿Cuán buenas sus intenciones?
La venta de medicamentos falsos, genera unos beneficios de 45 millones de euros al año. Y representa un 10% del volumen negocios mundial. El volumen total de negocio generado por los medicamentos, genera unos beneficios aproximados de 450 millones de euros al año. El 90% de los cuales va a parar a la industria farmacéutica legal. Esto supone más de 400 millones de euros de benficios anuales.
Ante este volumen de negocio gigantesco, cabría preguntarse, qué reponsabilidad, qué influencia tiene la industrial farmacéutica legal, en la aparición y permanencia de los mercados negros de medicinas. Aquellos que matan, según estimaciones de la propia OMS, alrededor de doscientas mil personas al año. Y que condenan a la miseria sanitaria, a no se sabe cuántas más.
¿Por qué no se enfrenta a todo esto la Fundación Chirac ? ¿Por qué no propone aplicar aquellos "dispositivos represivos " de los que hablaba, a las prácticas abusivas de las grandes coorporaciones?
¿Acaso será verdad que vivimos bajo, o frente, o gracias a ese "orden criminal del Mundo" que denuncia Vicene Romero?
¿Cómo podemos hacernos una idea más clara? ¿A qué fuentes acudir? ¿Qué realidades cuestionarnos? ¿Qué podemos hacer?
http://www.africafundacion.org/spip.php?article4683
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