Ya llega la noche, con su legión púrpura, de las nubes, que se deshacen, bajo la luna. En los tejados de nieve las chimeneas vierten su alo de humo. En la radio suena el Claro de Chopin, mientras el locutor se empeña en perpetrar un poema, largo y aburrido. Y así, esta tarde de febrero, se va. Entre los suspiros escondidos de las paredes, y el eco lejano de un motor, perdiéndose al final de la calle. Por eso, mientras la luz se torna oscuridad, trataremos de olvidar las palabras que nombren todo lo demás.
Al sur la de Isla del Olvido, bañada por las cálidas aguas del Mar de Libia. A los pies de las Montañas Blancas. Camuflada entre barrancos y ensenadas, se halla La Sfakia. Un lugar de encuentro para quien vaga...
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