Aunque treinta y cinco mil firmas lo demandaban, el parlamento autonómico no ha querido discutir sobre si Canto a la libertad se convertía en el himno de Aragón. Y seguramente sea mejor así. No le hace ninguna falta a la canción de Labordeta que las cortes conservadoras reconozcan lo que la calle sí reconoce y hace suyo. Ese canto a la libertad les viene grande. Como grande les viene la figura de este hombre, que hoy hace un año murió. Y que hubiera merecido, al menos, un acto institucional que recordara su figura. Su dimensión social, su valentía política y su valor cultural. Pero el poder conservador demuestra, una vez más, su poca altura de miras. E intenta, con su mediocridad resentida, ningunear el legado de un hombre que, como dicen quienes realmente lo conocieron era, en el buen sentido de la palabra, bueno. Y es que, este profesor de instituto, que tanto recuerdan sus antiguos alumnos, seguirá teniéndonos a muchos de nosotros de compañeros en su mochila.
Al sur la de Isla del Olvido, bañada por las cálidas aguas del Mar de Libia. A los pies de las Montañas Blancas. Camuflada entre barrancos y ensenadas, se halla La Sfakia. Un lugar de encuentro para quien vaga...
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