Y por qué no celebrarlo. A quién le importa. Por qué tienen que ser siempre los cien. 90 es un número mejor. Aún no ha llegado al cénit, aún le queda esperanza. Aún aspira a volver a empezar. Ya son 90 entradas de este blog.
- Felicidades. ¿Cómo te planteas esta nueva etapa?
- Pues, la verdad, pienso seguir en la línea que empezó hace poco más de dos años.
- Has escrito sobre diversos temas, aunque parece que tratas de seguir una cierta coherencia...
- Uno siempre lo intenta (risas)... Verás, un amigo me dijo una vez que, para conseguir transmitir algo debías darle un enfoque. De eso se trata. Y en eso estamos.
- Qué te gustaría que la gente percibiera en tus escritos.
- (Piensa) No es fácil contestar a esa pregunta. Antes de escribir, uno tiene una motivación que, muchas veces, cambia durante el proceso de escritura. Y, otras tantas, vuelve a cambiar, cuando la escritura acaba, y el escrito tiene, al fin, vida propia. Ahí, ya, lo que uno quisiera, poco importa... es como querer construir un minúsculo universo, con cierto oficio, con una buen acabado, con un argumento plausible, con el grado justo de coherencia, algo de técnica y eso, que nadie sabe qué es, y que es lo único que importa... Como batirse el cuero, frente al espejo, en busca de, no sé, seguramente la belleza.
- No parece fácil, en los tiempos que corren.
- Nunca lo fue. Y, precisamente por eso, sigue siendo necesario.
- Ojalá sea así. Espero que la encuentres.
- Yo espero que la encontremos juntos.
¿O no?